Ha comenzado por declarar "non gratas" expresiones de toda la vida que tienen que ver con Rusia, como "ensaladilla rusa", "montaña rusa" o "perestroika", aunque esta última, a pesar de ser usada por mucha gente a mediados de los noventa, sobre todo para hacer chistes, nadie ha sabido nunca que significaba.
Además de estas primeras medidas, se está barajando otras como subir los precios a los productos españoles de primera necesidad para los rusos, como las vacaciones en Marbella, los apartamentos en Benidorm o los hoteles de Mallorca.
Europa confía en que con estas medidas, Putin decida rendirse, y que España no se vea obligada a poner en marcha medidas mas duras, como liberar un escuadrón de chirigotas de Cádiz haciendo chistes sobre Putin, lo cuál haría que al mandatario ruso le silbaran los oidos a todas horas.