Nuevas generaciones de rusos con niveles de colesterol, grasas saturadas y hábitos de vida normales y saludables, amenazan a Europa y América tras el cierre en Rusia de famosas cadenas de comida rápida (cariñosamente también conocida como comida basura).
Al darse cuenta del error cometido, los gobiernos de Occidente quieren dar un giro total en su estrategia y no solo reabrir los restaurantes y comercios de comida rápida cerrados, sino implantar muchos mas con la esperanza de convertir a las futuras generaciones rusas en gordos perezosos sin ganas de invadir países.
Para ello ya se están enviando a Ucrania numeroso armamento como drones que lanzan hamburguesas con patatas fritas y bombas que esparcen grandes porciones de pizza a un amplio radio a la redonda.